La tranquilidad de contar con una buena peritación de cara a la baja laboral

En el trabajo, como en la vida, la seguridad es lo más importante. Seguridad en el desarrollo de la actividad laboral, seguridad dentro de la empresa, la de intentar evitar accidentes o, si llega el caso, estar preparado ante ellos. Sin duda alguna ese es el elemento fundamental cuando hablamos de seguridad laboral.

Pero existe un elemento de seguridad posterior que en muchas ocasiones se pasa por alto cuando se habla de estos términos y, en realidad, es de vital importancia. Es el momento que viene cuando ya se ha producido el accidente, y cuando de él se han derivado unas consecuencias más o menos graves, más o menos permanentes, para la salud del trabajador. En otras palabras, cuando se producen ciertas incapacidades temporales o para siempre. Y en esos momentos la seguridad de contar con una buena peritación, con un diagnóstico y seguimiento adecuado de la lesión o enfermedad, se revela como elemento fundamental de cara al futuro. Porque de ello depende al acceso a una u otra indemnización, a uno u otro grado de incapacidad. En otras palabras, el sustento económico futuro.

Contar con un adecuado gabinete de peritación o peritajes médicos que gestione la baja por accidente laboral, por ejemplo, o que determine los tipos de incapacidad en los que puede incardinarse a un accidentado se revela como elemento clave en este sentido. Asimismo, es importante que dicho gabinete esté radicado en un ámbito geográfico accesible para el trabajador, y que tenga las máximas posibilidades en cuanto a tipos de atención en esta categoría de asuntos. Y por ello la opción de www.peritaciones.info es una gran respuesta, especialmente dentro del ámbito de las provincias de Valencia, Castellón, Tarragona o Alicante.

La zona del Levante, especialmente las provincias de Tarragona, Castellón, Valencia y Alicante fue, hasta hace unos pocos años, aquella en la que se edificó más. Eran los primeros años del siglo XXI, y al amparo de la bonanza económica surgieron multitud de nuevas edificaciones, la mayoría cercanas a zonas de costa, que exigieron mucha mano de obra trabajando en el sector de la construcción en un momento determinado. De forma casi natural se multiplicaron en igual medida los accidentes laborales del sector, uno de los más proclives a los mismos. La importancia de contar con una adecuada diagnosis supuso, en aquel tiempo, la diferencia para muchos entre quedar casi desamparado o hacer valer unos derechos laborales que se tienen como propios.

Básicamente, es posible hablar en estos casos de lesiones provocadas por accidentes traumáticos (caídas, golpes, accidentes, etcétera) y otras que aparecen por la exposición continuada a una cierta actividad. El ejemplo preclaro de esto último era el de los mineros, que debían ser diagnosticados con una incapacidad laboral permanente a muy temprana edad, debido a las condiciones en las que desarrollaban su trabajo. Hoy en día este tipo de lesiones se han extendido a todos los sectores y, por ejemplo, no es extraño comprobar que hay casos de jubilación por incapacidad en algunos trabajos que podríamos considerar como ‘poco lesivos’ pero que en realidad resultan muy agresivos para con ciertas partes del cuerpo, como la espalda. Adicionalmente a esto hay que señalar la incidencia de las enfermedades que, ya sean temporales o permanentes, se convierten en la primera causa de solicitud de baja laboral en España. Si estas enfermedades devienen en crónicas se podría llegar a hablar de una incapacidad permanente parcial o una incapacidad laboral permanente.

Bajas laborales, incapacidades y enfermedades

La baja laboral puede venir determinada por enfermedades o ser una baja por accidente laboral. Ambos casos son diferentes y tienen distintas aplicaciones en cuanto a la retribución del trabajador, por lo que establecer una u otra será un primer paso ineludible en estos procesos. Las bajas laborales podrán ser, sintéticamente, por enfermedad, por accidente laboral, por depresión o por embarazo. El tratamiento de cada una de ellas es diferente, y su regulación aparece contenida en el Real Decreto Ley 3 de 2012, que es la norma a consultar en este tipo de conflictos (siempre teniendo en cuenta sus actualizaciones casi anuales).

La incapacidad, por su parte, puede venir por accidente o por enfermedad. Existen distintos tipos de incapacidad (también denominados en la doctrina y el uso habitual como tipos de invalidez), fundamentalmente la incapacidad permanente y la incapacidad temporal, aunque hay otros mas específicos como la incapacidad permanente parcial. Otro tipo especial dediscapacidad se trata de las lesiones permanentes no invalidantes (LPNI) cuando se indemniza a tanto alzado la lesión que deja un accidente de trabajo o una enfermedad profesional que no llega a incapacitar en forma de incapacidad permanente total o absoluta. Para solicitar la incapacidad permanente total los requisitos son no haber alcanzado la edad de jubilación, y estar afiliado a la Seguridad Social. Adicionalmente, hay otros requisitos específicos dependiendo de la edad y la actividad realizada. Estos requisitos deberán ser aprobados por un perito médico de incapacidad y darán lugar a la prestación tras solicitar la incapacidad e invalidez, en su caso, de una pensión por discapacidad, cuya cuantía dependerá igualmente de varias consideraciones. Estos requisitos de incapacidad permanente parecen recogidos en la normativa específica y, como se señaló, pueden variar de unos a otros trabajos. La incapacidad permanente absoluta, o invalidez absoluta, es el más grave de los tipos de incapacidad, y por lo tanto la que acarrea mayor número de derechos para quien la sufriera.

Pueden existir también peritajes por enfermedades profesionales, que pueden terminar derivando en una pensión por enfermedad e incluso en una incapacidad laboral permanente. Esta solicitud de incapacidad permanente deberá estar fundamentada por un peritaje serio, emitido por médicos especializados en la dolencia a tratar (volviendo al ejemplo de más arriba de los mineros se hablaría aquí de galenos especializados en afecciones de tipo pulmonar), en muchas ocasiones se concede después de un proceso judicial en la Jurisdicción Social.

Los tipos de peritaciones

Más arriba señalamos que existen varias posibilidades en relación con la solicitud de una baja laboral o de una jubilación por incapacidad. Hay que reseñar, igualmente, la existencia de varios tipos de peritaciones, que pueden tener más o menos incidencia en el caso concreto dependiendo de la dolencia de la que se trate. Porque parece bastante claro que en algunos casos será tan importante ponderar el daño psicológico como el meramente físico.

Así, en las peritaciones psicológicas se establecerán, por ejemplo, el grado de estrés laboral, la ponderación de los diferentes grados de incapacidad e invalidez, la incidencia psicológica de una persona que haya sufrido malos tratos, las secuelas de un accidente de circulación y otros. Es una evaluación importantísima, por cuanto de este peritaje se podrán extractar conclusiones para fijar los tipos de invalidez, las prestaciones por minusvalía y, en su caso, la pensión derivada de estas situaciones.

Seguramente las peritaciones físicas sean más sencillas de comprender, y de hecho acudirán a la mente de todos los que escuchen hablar por primera vez de peritajes. Se habla, así, de análisis y diagnósticos sobre las consecuencias derivadas de accidentes o lesiones provocadas en el ámbito laboral o a causa de él, y de ella se derivarán decisiones tan fundamentales como la indemnización por accidente laboral, las prestaciones por minusvalía, o la pensión por discapacidad.

En ambos casos, tal y como es posible apreciar, se habla de decisiones fundamentales que pueden afectar profundamente al futuro del trabajador, tanto en el ámbito laboral como en el estrictamente personal. Por ello, resulta fundamental contar con un gabinete adecuado digno de toda confianza.

Contando con el gabinete preciso en Tarragona, Castellón, Valencia y Alicante.

Pensar que en la evaluación de este tipo de situaciones no va a existir nunca conflicto con el empresario o, en su caso, la otra parte, es demasiado inocente. Lo ideal es solucionar el asunto por la vía amistosa, con acuerdo mutuo, pero esto no siempre es posible. De tal manera, es importante contar con un adecuado gabinete de peritación que determine, por ejemplo, los grados de capacidad e invalidez o los tipos de invalidez. Establecer la relación de causalidad entre accidente (o actividad laboral) y consecuencias no siempre es sencillo, como tampoco lo es establecer la gradación de la incapacidad o la pensión derivada de ella.

Así, hay que establecer que el gabinete de peritación emitirá informes basados en datos objetivos extractados después de observar al paciente, y en base a la misma se podrá aconsejar al interesado continuar o no con la vía judicial. Incluso en sede judicial podrán personarse los médicos del gabinete con el fin de exponer y defender sus conclusiones. Como se puede apreciar esta es una herramienta de trabajo fundamental no solo para abogados o aseguradoras, sino, y quizá sobre todo, para los particulares que en muchas ocasiones no tienen clara cuál es la mejor opción para actuar después de haber sufrido un accidente de trabajo. Y quizás, aún están de baja por accidente laboral sin saber que la misma podría convertirse, en realidad, en una incapacidad permanente parcial o en una incapacidad laboral permanente.

Asimismo, es importante contar con la confianza suficiente en el gabinete, sabiendo que si las pruebas no arrojan los resultados necesarios para continuar con el procedimiento los encargados recomendarán no continuar con el proceso. Una equivocación en esos momentos iniciales del proceso puede tener consecuencias funestas, fundamentalmente en lo económico, para quien no fue adecuadamente aconsejado en su momento.

Sea de la forma que sea, lo cierto es que las conclusiones de estos médicos serán usadas como pruebas objetivas a efectos de establecer los grados de capacidad e invalidez, para solicitar la incapacidad e invalidez o para la concesión de una pensión por discapacidad o una indemnización por accidente laboral. Es, por lo tanto, un elemento absolutamente fundamental en este proceso que se viene describiendo.

Otros peritajes

Pero no es posible pensar que el peritaje se limita a la actividad laboral y a las consecuencias (en forma de enfermedad o accidente) que de la misma se pueden derivar. Bien al contrario, la labor de un gabinete de peritaje en Valencia, Castellón o cualquier otro lugar, como Tarragona o Alicante, se extiende a otros aspectos. Uno de ellos, especialmente sensible socialmente, es el peritaje de violencia de género, donde se dictaminarán la gravedad de las lesiones, su posible origen e, incluso, el daño psicológico que de forma permanente pueda acarrear el ser víctima de tan repugnante acción. Igualmente se pueden realizar peritajes de pólizas de seguro en donde se dictaminará el alcance de las lesiones y la cuantía en acceso a las pólizas que se puede solicitar. Los accidentes de tráfico, especialmente numerosos en época estival en zonas de playa como Alicante o Tarragona, son otro de los elementos que se trabajan en un gabinete de peritación. Daños indemnizables por fallecimiento, incapacidad permanente parcial o invalidez absoluta, secuelas físicas y psicológicas, a efectos funcionales en el desempeño profesional o en la vida diaria…, las posibilidades son casi innumerables. Exactamente igual que en los llamados accidentes en la vía pública, que pueden acarrear, por ejemplo, una incapacidad laboral permanente después de realizado el proceso de solicitar incapacidad e invalidez, y que resultan, en ocasiones, elementos sumamente complicados de discriminar y fijar con exactitud, debido a las muchas variables presentes en estas situaciones. Por último las negligencias médicas también puedes ser objeto de peritaje en estos gabinetes de peritación, tras recibir una mala atención sanitaria, sufrir una negligencia o una mala diagnosis o, sencillamente, ser objeto de un accidente dentro de las dependencias de un hospital o centro de salud. Nuevamente hablamos de posibilidades reales que pueden acarrear estados de baja laboral e incluso una solicitud de incapacidad permanente que termine acarreando prestaciones por minusvalía en el caso de que las lesiones tengan la debida importancia.

En todos los casos anteriores, que como se puede apreciar no son pocos (y, en modo alguno, sencillos de dictaminar) es necesario contar con un adecuado equipo de peritaje, preferentemente que forme parte de un gabinete que pueda prestar la atención general y completa para todos ellos. Conseguir una prueba objetiva sobre la cual sea posible reclamar los derechos que correspondan como trabajador o ciudadano es el elemento fundamental a partir del cual empezar a trabajar. Y eso solamente se puede hacer en base a la confianza total y absoluta en el buen hacer del gabinete de peritaje.