Los médicos son profesionales muy preparados y se esfuerzan para ayudarnos, curar nuestras dolencias y solucionar los problemas de salud con que se encuentran. Pero en ocasiones, cometen errores. Podemos entender que los errores ocurren y que hay que ser comprensivo, pero en materia de salud, una equivocación puede traer consecuencias muy graves.
Nadie discute que cualquier profesional puede cometer un error, pero también hay que tener claro que un error tiene consecuencias y que se ha de reconocer. Ante una situación de este tipo, se puede optar a una indemnización. Es posible que no sea suficiente para evitar los daños sufridos, pero pueden ayudar a sobrellevar la situación sufrida.
La negligencia médica se puede demostrar y puede compensarse con una indemnización
Demostrar que se ha producido una negligencia médica puede ser algo muy sencillo o muy complicado, dependiendo de la visibilidad de las secuelas sufridas. Pero para acreditar que existen, se puede realizar un informe pericial, que acredite que están presentes y que se han causado por un error médico, un tratamiento equivocado o desidia por parte del profesional.
Un completo equipo realizará las pruebas pertinentes para demostrar que se ha sufrido una negligencia médica, de manera totalmente objetiva y con la mirada puesta en registrar, acreditar y defender los resultados de las pruebas. El informe se podrá defender, llegado el caso, en sede judicial, sin dejar lugar a dudas que se han producido daños y cuál puede ser el origen de estos.
Además, el equipo pericial, con el informe en la mano, podrá aconsejar al paciente la mejor manera de afrontar el proceso, desaconsejando llegado el caso continuar con él si no existen garantías para conseguir la indemnización, evitando que incurra en gastos inútiles.
Con el informe pericial y las pruebas obtenidas, el paciente puede estar seguro que recibirá la mejor atención y será bien representado para reclamar sus derechos.
