Normalmente, sabemos cuando sufrimos algún problema que nos impide ejercer nuestra ocupación laboral. Se trata de algo sobre lo que somos totalmente conscientes, porque sabemos lo que nos cuesta seguir ejerciendo nuestra profesión cuando es imposible hacerlo. Pero muchas veces, los responsables de ofrecer la incapacidad laboral no es tan consciente del problema.
Todos hemos escuchado que un vecino, un familiar o un conocido ha tenido serios problemas para acreditar su minusvalía a la hora de intentar obtener una ayuda institucional para compensar la incapacidad de realizar su trabajo habitual. Los miembros del tribunal médico suelen revisar toda la documentación minuciosamente y puede resultar que vean cosas que no les convenza de que existe esa minusvalía y pueden hacer que no se apruebe la renta que se solicita.
Por suerte, existen maneras de conseguir acreditar sin ningún género de dudas que esta minusvalía existe y que es tan importante como para que no se pueda realizar una actividad remunerada. Con esta información, se puede llevar hasta el tribunal competente los datos que pueden justificar la necesidad de conseguir esta aportación económica.
Un profesional de la peritación médica puede realizar las pruebas que considere oportunas para acreditar la existencia de la minusvalía que se quiere presentar ante sede judicial, pero también aconsejará que no se realice esta comparecencia si estima que no existen motivos para que el tribunal apruebe la solicitud.
Los informes obtenidos por el perito médico, que ofrecerá sus resultados de manera totalmente objetiva y para que no dejen ningún tipo de duda durante su presentación, servirán para quede totalmente fuera de duda la existencia de esa minusvalía.
Las pruebas se realizarán siempre bajo el más estricto control médico, con un procedimiento que ofrecerá los datos definitivos sobre la minusvalía y que permitirá que los miembros del tribunal puedan estudiar al detalle lo solicitado.