Cuando una relación termina, no hay duda que la vida cambia. Se acaba una etapa de vivir en compañía, de compartir un proyecto de vida y en muchas ocasiones hay que acreditar ciertas situaciones nada agradables para conseguir hacer valer los derechos de una de las partes de la pareja rota.
Cuando la ruptura no es de mutuo acuerdo y existen problemas que pueden entorpecer en la vida diaria de uno de los dos conyuges o incluso de los dos, hay que realizar una serie de pruebas periciales que acrediten la existencia del problema, de manera que pueda utilizarse como argumento en sede judicial.
En los casos de divorcio o separación hay que utilizar el peritaje médico para acreditar las situaciones que pueden ser problemáticas
A través de una serie de pruebas, el experto pericial podrá determinar si las causas que se aducen relacionadas con este tipo de situaciones están justificadas y que pueden ayudar en la causa de divorcio y en la reclamación de los derechos que pertenecen a cada parte.
El informe elaborado por el profesional se basa en las pruebas realizadas de manera totalmente objetiva, siendo importante que en él se recojan también las conclusiones del perito. Si este detectara que no hay una incidencia real de las causas que se argumentan, aconsejará al cliente no seguir adelante con el proceso, para evitar costes e incomodidades.
Si se detectara que los resultados respaldan a las argumentaciones del cliente, realizará todas las pruebas necesarias para acreditar de forma veraz y sin ningún género de dudas su existencia y la incidencia en la vida del cliente.
El profesional también defenderá en sede judicial los resultados de su peritaje, por lo que los miembros del tribunal contarán con la información necesaria para realizar su trabajo y fallar con todos los datos necesarios para conocer y comprender la situación.